En la actualidad, debido a la actual crisis mundial en todos los ámbitos que está golpeando duramente a las economías de los países y más concretamente a la de sus ciudadanos, el ahorro energético a nivel de viviendas se está haciendo una prioridad. No solo desde el punto de vista financiero, sino también de la escasez de energía que poco a poco nos afecta a todos. Veamos más de cerca.
Las formas de reducción del gasto energético
En principio, hay dos formas para reducir de implementar el ahorro energético en una vivienda convencional, aunque ambas persiguen el mismo objetivo, una de ellas requiere una gran inversión, pero es de resultados casi inmediatos. Mientras que la otra provoca una reducción paulatina, pero es mucho más barata. Veamos ambas.
1. Instalación de un sistema de energía renovable
El más popular de este tipo es el sistema de energía solar, sin embargo, requiere de una cuantiosa inversión inicial que incluye la adquisición de diversos dispositivos. Entre ellos están los paneles solares, inversor fotovoltaico, conductores y mano de obra. Aunque su mantenimiento posterior es mínimo y la producción es gratuita.
2. Acciones de ahorro en la propia vivienda
Estas son actividades que llevarán a cabo los propios habitantes de la vivienda, incluyendo algunas obras menores que tienen como fin el ahorro energético, no solo de electricidad, sino de otras formas de energía. Y esta será la que trataremos en este artículo, pues no todos están en la posición económica de construir una configuración fotovoltaica.
Acciones para el ahorro energético en una vivienda
En el mundo moderno, se han implantado multitud de conductas en este sentido. Sin embargo, le daremos un enfoque diferente al dividirlas en aquellas que se pueden llevar adelante durante la construcción y una vez terminada la estructura, para reducir el consumo energético de la vivienda. Comencemos.
a. Durante las obras de construcción
.- Abrir las ventanas hacia el este y hacia el oeste, que es el camino del sol. Así se podrá aprovechar mejor la luz natural como fuente de iluminación
.- Asegurar la hermeticidad de la vivienda por zonas, de manera que haya un mínimo de escapes para optimizar el uso de aire acondicionado y la calefacción
.- Separar los circuitos de alto consumo (como los de la cocina y secadora) de los de bajo consumo
.- Aislar las tuberías de agua caliente y usar calentadores de termo de manera que se conserve por más tiempo la temperatura del agua
.- Diseñar la instalación eléctrica de tal forma que los interruptores de luz controlen un máximo de dos puntos de luminaria. De esta forma solo se usará la iluminación donde se necesita. Asimismo, no utilizar el tipo de iluminación localizada
b. Si la vivienda ya está construida
.- Sustituir la iluminación incandescente por LED
.- Abrir lo menos posible la nevera
.- Mantener las puertas y ventanas cerradas cuando esté funcionando el aire acondicionado o la calefacción
.- Limitarse a duchas de 15 minutos como máximo
.- Preferir y aprovechar al máximo la iluminación natural
.- Operar con cargas completas la lavadora y la secadora de ropa
.- Evitar la proliferación de consumos “vampiros” como dejar conectados cargadores, electrodomésticos, etc. ya que tienen un gasto mínimo de LED´s y por circuitería interna
.- No sobrecargues los equipos electrodomésticos y, al adquirirlos, asegúrate de que tienen etiqueta «A» de consumo
Como podrás observar, el ahorro energético en la vivienda es una actividad que puede ser planificada mientras se está en el proceso de construcción. Pero igualmente, pueden participar todos los que viven en ella una vez sea habitable.

